La explosión del pozo petrolero de Deepwater Horizon en Macondo Prospect, Golfo de México, es mencionado como el peor derrame de crudo de la historia en la industria petrolera, hasta la fecha. El pozo petrolero que manejaba British Petroleum, y que pertenecía a la compañía Transocean, se incendió la noche del 20 de abril del 2010, y se hundió dos días después. El crudo del pozo petrolero submarino continuó con la fuga hasta que fue sellado en septiembre del 2010. Pero para ese momento, se estima que 4.9 millones de barriles de crudo cubrieron las aguas en el área, y el abrumador proceso de limpiarlo todo, había empezado con algo de duda.
Conteniendo el derrame de crudo
Una vez que el incendio de la plataforma se extinguió, la primera y más primordial tarea fue contener el derrame del crudo del pozo submarino que había estallado. British Petroleum asumió la responsabilidad e intentó dos métodos para contener la fuga de crudo. Primero, enviaron vehículos submarinos operados de forma remota para hacer funcionar el mecanismo de prevención de explosión en el pozo ya hundido. Cuando esto no funcionó, intentaron crear un domo de contención en el derrame más grande, y luego encaminar el crudo a través de un sifón a una barcaza de almacenamiento. Ahora, esta técnica para mover el crudo de la superficie a través de un sifón ha funcionado en el pasado, pero solo en aguas poco profundas. En la enorme extensión del área del Golfo, esta técnica fallo por completo. El único recurso que quedaba era perforar pozos de alivio cercanos al sitio de la explosión, y extraer crudo del pozo sumergido. Cuando se determinó que el nivel del crudo del pozo estaba “estable”, la compañía utilizó su maquinaria de perforación, para colocar concreto sobre el pozo sumergido para sellarlo. En septiembre del 2010, se anunció que el pozo estaba “efectivamente muerto” y que el mismo, no causaría más daños.
Limpiando las aguas
Debido a que la cantidad de crudo que se liberó a causa de la explosión y el derrame como tal fue sin precedentes, el uso de técnicas normales para la limpieza no fue efectivo. Al final, se utilizó una combinación de técnicas para limpiar las aguas. Debido a que las barreras de contención se probaron efectivas en el mar abierto, el estado de Luisiana presentó la petición de permiso por parte del gobierno para construir islas de barreras a lo largo de la costa para proteger su línea costera del derrame de petróleo. Esto se conoció como el “Plan de la Isla de Barreras de Luisiana” (Louisiana Barrier Island Plan”). Sin embargo, este plan tampoco tuvo los resultados que se buscaban.
Varios tipos de equipos utilizados
Los esfuerzos para la limpieza de crudo fueron llamativos por la cantidad de uso de Corexit. Corexit es un dispersante de hidrocarburos, y al mismo tiempo un potencial agente cancerígeno. Sin embargo, BP decidió utilizarlo para limpiar las aguas después de la explosión en una jugada experimental, al inyectarlo directamente en la boca del pozo. Esto resultó en columnas de crudo submarinas que son visibles hasta el día de hoy. Aún cuando se utilizaron alrededor de 1.84 millones de galones de Corexit, sus efectos fueron deprimentes, y la toxicidad del derrame de crudo aumentó en al menos 52 veces, debido a su uso desenfrenado. Las barreras y skimmers fueron desplegados desde el inicio del accidente, para contener la expansión del crudo.
Los métodos tradicionales como el control de incendios en el lugar, filtración costa afuera, y recolección y procesamiento de agua fueron los métodos más efectivos utilizados por BP para limpiar el derrame de crudo. Se estima que se recuperaron alrededor de 33 millones de galones de agua contaminada, los cuales contenían alrededor de 5 millones de galones de crudo. La mayoría del crudo fue quemado en la superficie, utilizando fuego controlado. En los días más fuertes de trabajo, se asignó una fuerza de trabajo de más de 40000 personas para el proceso de limpieza de este desastroso derrame de crudo, en donde las consecuencias aún son visibles hoy en día.